Otro cuento
de Sol Silvestre
¡Pero esos son cuentos de los hermanos Grimm, que como buenos escritores son un par de mentirosos! Mirá si vas a enamorarte así, a primera vista.
Primero tienen que pasar un montón de otras cosas. Darte cuenta, por ejemplo, de que esa persona es genial. Tener ganas de pasar mucho tiempo con ella. Y reírte a carcajadas y confiarle un secreto y hasta compartir un par de sueños. (¿Y si comemos perdices? ¿Y si el fin de semana nos vamos hasta Muy Muy Lejano?).
Y así, sin que te des cuenta, zas: ¡te enamoraste como un pavote! Y entonces sí te parece la más bella del reino. Y no te importaría que roncara ni que le caiga la baba mientras está durmiendo.
Pero al revés, no funciona. ¡No, señor! Si acepté ir a despertar a la bella durmiente es porque no sabía. Porque hasta entonces nunca jamás me había enamorado y ¿por qué iba a contradecir a mi padre, que insistía con eso de que esa perezosa era lo mejor para mí?
Si no me hubiera encontrado con Maléfica por el camino, quizá el cuento sería otro. Tal vez, el que esos escritores decidieron contar.
Pero lo cierto es que la encontré. Y nos hicimos amigos y nos reímos a carcajadas y nos contamos secretos y hasta planificamos viajar juntos y comer perdices por siempre jamás.
Para papá al principio fue muy duro, claro: Maléfica es un poco tenebrosa. Pero no le quedó otra que aceptarla.
Después de todo los villanos también se merecen ser felices, qué tanto.
FIN
Extraído de https://garabatodearchivos.blogspot.com/2020/01/cuento-otro-cuento-de-sol-silvestre.html
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